miércoles, 24 de octubre de 2012

"Cristiada". La guerra Cristera.


La película “Cristiada”, basada en el libro de Jean Meyer (historiador francés, naturalizado mexicano)  se estrenó en México el pasado 20 abril, obteniendo un rotundo éxito de taquilla con más de 270.00 espectadores en su primer fin de semana. En España se han recogido firmas durante un año para solicitar a las distribuidoras su proyección, debido al interés que causa el tema, y hemos podido ver el pre estreno de la misma en Madrid en el VI Congreso Mundial de Familias el pasado 26 de mayo.

La persecución religiosa en México, representa un acontecimiento trágico en la historia mexicana. El Gobierno revolucionario y anticatólico persiguió a la Iglesia y al pueblo de México por creer en Jesucristo y en la Santísima Virgen María.

La original constitución mexicana de 1927, establecía una política que negaba la personalidad jurídica a las iglesias, las subordinaba a fuertes controles por parte del estado, prohibía la participación del clero en política, privaba a las Iglesias de su derecho a poseer bienes raíces, desconocía derechos básicos de los llamados “ministros de culto” e impedía el culto público fuera de los templos.

Después de una resistencia pacífica, comenzaron las escaramuzas, y las rebeliones formales y oficiales comenzaron el 1 de enero de 1927, en el centro y occidente de México. A estos rebeldes, los llamaron Cristeros, y se inició la Guerra Cristera. (también conocida como Guerra de los Cristeros o Cristiada).

“Cristiada” es una narración épica de la Guerra Cristera que duró cuatro años, desde 1926 hasta 1929 y  nos relata el intento del Gobierno mexicano de suprimir la libertad de culto, mostrándonos como muchos mexicanos eligieron defender su libertad.  Aborda unos hechos reales e históricos impactantes,  invitándonos a la reflexión. Hace referencia al desesperado levantamiento del pueblo cristiano en defensa de su fe.

La película comienza en México en 1927, cuando el presidente Plutarco Elías Calles pone en práctica una serie de medidas para limitar y luego prohibir las prácticas públicas religiosas. En consecuencia, algunos grupos de creyentes, milicias de laicos y presbíteros católicos, se resistieron a la aplicación de la legislación y políticas públicas, orientadas a restringir la autonomía de la Iglesia Católica, por lo cual,  deciden tomar las armas cuando las tropas de gobierno expatrian a los sacerdotes extranjeros  y obispos, a la vez que comienzan a cerrar, quemar y saquear iglesias; y al grito de “Viva Cristo Rey” inician una guerra contra el ejército nacional.

El protagonista, Enrique Gorostieta (protagonizado por Andy García), es el líder de los Cristeros de Jalisco. Un ex miembro de la Revolución mexicana, que se puso al frente, contratado por los campesinos, ya que le consideraban el mejor para dirigirles en la lucha. Le llamaban el General invencible por su talento en las artes de la guerra. Aunque no era un católico practicante cuando se puso a la cabeza de los cristeros,  terminó convertido por el ejemplo de sus camaradas en aquella épica lucha. Al final, pide la confesión, a pesar de que solo participaba en la Guerra por pura conveniencia personal.

El diseño, el vestuario, la fotografía y la dirección, están muy bien cuidadas y tienen gran calidad artística. El rodaje se realizó en escenarios naturales y cerrados de siete lugares de la República Mexicana.

La película, dirigida por Dean Wright cuenta con las actuaciones estelares de Andy García (quien realiza un papel impresionante como el general Enrique Gorostieta), Eva Longoria, Peter O´Toole, Catalina Sandino, Rubén Bladés, Santiago Cabrera, Nestor Carbonell, Eduardo Verastegui (que interpreta a Anacleto González) y un elenco multinacional, que logran una representación inmejorable de los hechos históricos que tanto han marcado la historia de México. 

Esta película, llega en un momento fuerte e importante para México, ya que recientemente han recibido la visita del Papa Benedicto XVI y ha sido aceptada la reforma del artículo 24 de la constitución política mexicana donde se concede la libertad de culto. Hay que recordar que hasta hace algunos años, los sacerdotes no podían andar por la calle con camisa clerical y mucho menos con sotana, ya que se les imponía el pago de una multa por ese motivo.

Benedicto XVI beatificó a 13 mártires de la Guerra Cristera en el año 2005, y la historia de 6 de ellos aparece en la película, destacando el joven de 14 años, José Luis Sánchez del Río, que fue torturado y en ningún momento quiso renegar de Dios para salvarse. Murió gritando “Viva Cristo Rey”. O como Anacleto González, padre de familia y que murió perdonando a sus enemigos.

Sin haberla vivido, y sin saber nada de la Guerra Cristera, me ha resultado un relato de auténtica demostración de fe y conversión. Un relato duro a la vez que conmovedor, donde gente sencilla lucha por sus principios, por mantenerlos y por no perderlos, a costa de luchar y reafirmar sus creencias hasta en los momentos más críticos, donde hubiera sido más fácil renunciar a ellas para seguir vivos, pero que sin embargo, se reafirman una y otra vez al grito de “Viva Cristo Rey”.

Hoy en día, todavía se palpa en México aquellos años de lucha, que aunque contribuyeron a la libertad mexicana, dejaron una profunda huella que no podrán olvidar y que será relatada a generaciones futuras, ya que todo esto que pasó, no aparece en los libros de la historia de México, y todavía hay leyes que prohíben a la Iglesia tener presencia en los medios de comunicación (radio y TV).

No veamos esta película únicamente para entretenernos, sino para hacer conciencia y exigir libertad de religión.

Lo único que es difícil de entender, es porqué está hecha en inglés con subtítulos en español. Historia de México, hecha en México y…… ¿realizada en inglés?



Trailer oficial
www.youtube.com/watch?v=GS6zxHusgz0



martes, 2 de octubre de 2012

Hay que seguir empujando

Ya tengo dos hijos en la Universidad, van comenzando su camino. Pero llegar hasta ahí no ha sido fácil. Puede parecer que sí, que todo es muy normal y que las cosas surgen de forma natural, pero lo cierto es que hay que continuar a su lado, empujando, acompañándoles y animándoles.

Les hemos dado todo lo que hemos considerado que les iba a ir bien, aunque a veces nos hemos pasado dando y nos hemos quedado cortos exigiendo.

Muchos jóvenes dejan los estudios, pensando que van a encontrar un trabajo y que van a comenzar una vida independiente. Pero después de un año buscando un trabajo, se dan cuenta que no es así y entonces, retroceder es dificil. Algunos padres consideran que con 17 años ya son mayores para decidir lo que quieren hacer, pero si les dejas solos..... ten por seguro que se van a equivocar.

Hoy en día no tienen conciencia de que es lo mejor para ellos. ¡Ojo! algunos sí!, pero la gran mayoría no. Y cuando descubren que se han equivocado, tratan de dar marcha atrás pero se dan cuenta que ya no es tan fácil reanudar las cosas donde las dejaron.

Tuve la tentación de hacer lo mismo que esos padres. Cansada de discutir, de tratar de convencerles para que estudiaran, de darles razones de porqué debían hacerlo.....tuve la tentación. Pero pensándolo detenidamente, decidí que no podía abandonarles. Si yo no estaba a su lado ¿cómo iban a saber como seguir?

Con lo cual, seguí dándoles la lata, seguí empujando y al final, hubo buenos resultados.

Cuando mi hijo aprobó este año la selectividad, le dije: -¡qué sepas que ese aprobado es también mío!- A lo que el me contestó: - Soy yo quien ha estudiado- y yo le respondí: - Y yo quien ha empujado-. Porque así ha sido, si no estás detrás para animar, motivar, apoyar y hacerles comprender, ¿cómo se van a dar cuenta si no de qué es lo que deben hacer?

Terminarán la carrera, se pondrán a trabajar, se comprarán una casa, formarán una familia........ y el ciclo volverá a comenzar. Eso sí, yo estaré a su lado, empujando una y otra vez, tratando de ayudarles en lo que pueda, dejando que caminen solos pero a su lado siempre.

Los hijos son como un gran barco. Sueltan amarras, se van a otros lugares, conocen otros países, a otras personas.... pero el barco vuelve siempre a repostar, regresa a puerto para hacer sus reparaciones, para coger víveres. Nosotros, los padres, somos ese puerto. Estaremos siempre esperando y con la mano tendida para lo que haga falta.

¿Qué no hace falta? ¡estupendo! seguirán navegando, pero si lo necesitan, ahí debemos de estar, dispuestos a empujar.

Animo a todos los padres a que sigan empujando, que no abandonen y continúen al lado de sus hijos cuando ellos creen que pueden caminar sin ayuda. Ellos lo necesitan, nosotros también y se van a dar cuenta de cuanto les hemos querido y les queremos. ¿Quien puede querer más a un hijo que sus padres? ¡Demuéstraselo!